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Proyecto de hidroponía apoyado por El Puerto Cowork avanza hacia una exitosa implementación en colegio de Iquique

«Cultivando mis Aprendizajes, Mejoro mi Salud» es el nombre de la iniciativa liderada por el profesor Juan Luengo, que enseña las técnicas del cultivo hidropónico a jóvenes del Colegio Deportivo Técnico Profesional «Elena Duvauchelle” en Iquique. Actualmente es un activo participante del programa ADN Sostenible de El Puerto Cowork, Fundación Factor de Cambio y SQM, quien camina a paso firme hacia un modelo de negocio sustentable que abarca un sistema de enseñanza, fuente de alimentación para sus escolares, parte de un proceso de integración escolar y con la firme intención de comercializar a futuro las cosechas obtenidas junto a sus alumnos.

Profesor, ¿en qué consiste este proyecto que ha venido desarrollando junto a El Puerto Cowork a través del programa ADN Sostenible y Desafíos de Sostenibilidad? 

Desde que llegué al colegio he venido trabajando, por motivación propia, en actividades relacionadas con la enseñanza de la educación medioambiental, entre ellas el vermicompostaje, los huertos escolares, entre otros. «Cultivando mis Aprendizajes, Mejoro mi Salud», surgió para seguir desarrollando esta labor de manera más sostenible, incorporando el desafío de la hidroponía, que es un cultivo tecnológico a base de agua, en el cual hay que manejar muchas variables. Sin embargo, la idea principal es producir hortalizas con el menor gasto de agua posible y, además, realizarlo en forma sustentable, es decir, que la bomba de recirculación de agua opere con energía solar.

¿Quiénes son los beneficiarios?

Son nuestros estudiantes, quiénes además de recibir beneficios propios de la educación ambiental y aprender técnicas de cultivo hidropónico, queremos que se lleven a sus casas gran parte de la producción, generando un círculo virtuoso en el cual los estudiantes aprendan y consuman alimentos ricos en vitaminas y sin agroquímicos. Esto genera no solamente un beneficio alimentario, sino también social, ya que disminuyen los costos por alimentación en sus familias. 

¿Cómo es el proceso? ¿De dónde obtiene la materia prima? 

El proceso consiste principalmente en la germinación de las semillas mediante sustratos alternativos a la tierra, ojalá inorgánicos, como la lana de roca o vermiculita. Estamos analizando también diferentes alternativas para llegar a una mejor producción y germinación, antes de cultivarlas en las torres hidropónicas. A esto se le llama aeroponía.

Las semillas las obtengo a través de algunos agricultores de la zona, son semillas naturales. Los demás insumos también los he ido trabajando con empresas que se encuentran acá en Iquique. También he realizado algunas importaciones desde China.

¿Y cómo se beneficia el medioambiente?

Este proceso ayuda al medioambiente debido a que se produce agricultura con un ahorro que va entre un 80% a un 90% de agua, respecto de la agricultura tradicional. Según datos hidropónicos, una lechuga gasta 200 litros de agua en su proceso de crecimiento. Nosotros, mediante la técnica de hidroponía, la podríamos lograr con menos de 2 litros, pudiendo llegar a una optimización de incluso 0,2 litros para el cultivo de cada lechuga.

¿Además de lechugas, pretenden cultivar otro tipo de plantas?

Queremos innovar también en el cultivo de otros tipos de hortalizas de hoja, como cebollín, albahaca, acelga, cilantro y perejil. Esto lo estamos estudiando, pero es probable que estas plantas tengan los mismos requerimientos nutricionales. 

¿De qué manera se conectó el proyecto con la integración escolar?

Empezamos a desarrollar un trabajo conjunto con el programa de integración escolar, donde algunos de nuestros colegas realizan actividades con estudiantes que tienen necesidades educativas especiales, y donde han podido observar la motricidad, la capacidad de análisis, la reflexión y algunos otros elementos que permiten mejorar o avanzar en alguna necesidad especial, apoyada con nuestro proyecto.

¿Cuáles son las proyecciones para esta iniciativa?

En un futuro queremos proveer de alimentos no sólo a alumnos del colegio, sino también generar la comercialización de nuestros productos hacia la comunidad, pero sin dejar de lado la cooperatividad con las familias más vulnerables. De esta manera queremos hacerlo sostenible, para convertirnos en un colegio que produzca, sustente y genere un clima escolar de aprendizaje medioambiental tan necesario en un contexto de post pandemia y de crisis climática, donde todo indica que tendremos muchos problemas o altos costos en la producción de alimentos.

Espero que el proyecto progrese y los estudiantes tengan la posibilidad de generar sus propios alimentos en casa, que tengan las herramientas, las ideas y las ganas de perseverar ante las inclemencias que nos depara el futuro. La crisis climática llegó para quedarse y cada vez será más fuerte, así que espero que estas herramientas les sirvan para su vida. Quién sabe si pueda surgir algún emprendedor en el futuro.