Contribuir a la reducción del plástico que está en nuestro entorno y que contamina al medio ambiente, enseñando los procesos de reciclaje y de impresión en 3D, es lo que mueve a Alejandro Mura con su propuesta ecológica 3D Mura, que trabaja con botellas plásticas desechadas, dándoles un nuevo uso y creando figuras con este tipo de impresión de última tecnología, proyecto apoyado por El Puerto Cowork junto a SQM y Fundación La Semilla.
Alejandro vivía en Antofagasta y trabajaba como electromecánico, cuando conoció a una persona que había fabricado la figura del logo de su auto con una impresora 3D: “Eso me llamó mucho la atención, porque si bien el auto venía con su logo original, lo reemplazó por algo que había realizado él mismo y además la estética del objeto era super linda”.
“Por otra parte, yo quería regresar a Tocopilla e iniciar un negocio en el que no tuviera que estar saliendo constantemente de mi comuna. Por ello, me vine y comencé a trabajar como independiente en obras diversas (soldadura, cerámicas, eléctrico)”, cuenta el emprendedor.
“Un día ingresé a internet en el marco del Cyber Monday, coticé una impresora 3D que estaba a mitad de precio y decidí comprarla”, comenta. En forma paralela, a Alejandro le preocupaba el tema medioambiental, el cual siguió dando vueltas en su cabeza gracias a su estrecha relación con los jóvenes de Servicio País en Tocopilla, con quienes conversaba acerca de la contaminación en los mares de la ciudad y de lo que comentaban los pescadores, quienes encontraban bolsas plásticas en los estómagos de los peces.
Asimismo Alejandro conoció algunos estudios medioambientales realizados por dicho organismo (Servicio País) y entrega como dato que en Tocopilla una persona adulta genera 1 kilo y medio de basura a la semana. De este kilo y medio, el 60% es plástico: “Entonces se compatibilizaron las dos cosas, mi inquietud por el tema tecnológico con la impresión 3D, además del interés y la preocupación por el medioambiente”.
Impresiones
Al indagar en las impresiones 3D, se dio cuenta que es posible imprimir con una gran variedad de materiales: “Hay personas que las usan para hacer tortas e inyectan manjar o chantilly”. Fue ahí cuando pensó en un proyecto que pudiera ser sustentable y se basó en la Ley de Responsabilidad extendida del productor, que tiene como fin disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización, reciclaje y otro tipo de valorización.
“Tomé la problemática medioambiental generada por las botellas plásticas, un flagelo mundial que vivimos hoy en día y Tocopilla no se escapa de ello. Entonces la generación de productos en base a plástico reciclable fue mi punto de partida. Empecé haciendo lámparas, les ponía un cable y las vendía super rápido, ya que no tenían precio de mercado, considerando que la impresión en 3D es tecnología de punta”.
Educación para el reciclaje
Los jóvenes de Servicio País, quienes trabajan con las escuelas como forjadores medioambientales, le pidieron a Alejandro hacer una presentación con las figuras de plástico: “En la Escuela Carlos Condell D7 tuvieron gran interés y la directora me pidió adaptar el programa educativo que yo llevaba, el cual estaba enfocado solamente a los padres, no a los niños”.
Así, adaptó el proyecto y comenzó a hacer talleres de impresión a los niños de séptimo básico: “Allí abordaba un poco de tecnología, introducción al 3D y tratamiento del plástico. Me fui dando cuenta que a los niños no les cuesta mucho aprender 3D porque lo ven en las películas y usan lentes de este tipo”.
En dicho colegio, le pidieron hacer tres clases de prueba, para ver la reacción de los niños y para ver las evaluaciones de las profesoras: “Estaba dentro de un plan de cooperación, en donde a cambio, me iban a juntar botellas. Las tres clases se cumplieron y suscitaron harto interés en los profesores de otros cursos, así las clases se ampliaron de 3 a 6 cursos”.
El emprendedor también realizó talleres en un jardín infantil: “La idea era enseñarles que la botella plástica no va al basurero, sino que se recicla y que se pueden hacer otras cosas con ellas, como gatos o cohetes. Ahí también me pidieron adaptar el programa, para las tías del jardín”.
El Puerto Cowork
Alejandro Mura fue uno de los beneficiarios de la primera convocatoria “Atrévete y Embárcate” de El Puerto Cowork: “Mi experiencia ha sido muy buena, ya que la disposición que tuvieron conmigo desde el inicio fue excelente y además las instalaciones son de muy buena calidad”.
Asimismo cuenta que en el Cowork le ayudaron a estructurar un proyecto de negocio: “Me asesoraron y cuando realizamos la defensa final, incorporé la parte educativa (que antes no la consideraba) y fue muy bien recibida por el jurado que estaba presente. Gracias a ello, desde marzo estoy realizando clases y talleres de manera más formal y continua en diversos colegios de Tocopilla”.
También comenta que con el fondo obtenido, comprará un computador, un proyector para hacer clases y una impresora portable para demostrar in situ cómo se hace la impresión en 3D: “La idea es hacer clases entretenidas, prácticas y joviales. Mi intención es armar un proyecto grande de educación medioambiental que influya positivamente en Tocopilla”, indica Alejandro Mura, quien además tiene dentro de sus proyecciones el trabajo con metal, para el área industrial de la zona.